Se centra en el contexto de cada individuo, es decir, en las distintas relaciones que esa persona mantiene: consigo misma, con las distintas esferas de su vida y, por supuesto, con el terapeuta.

Uno de los pilares de este tipo de psicoterapia es que toma en cuenta las relaciones que establecemos, ya sea consigo mismo, con los demás o con lo que creemos. Es decir, toma en cuenta los pensamientos y las conductas, además de toooodo el contexto 🤓. Esto lo hace a través del lenguaje, herramienta que utilizamos no sólo para comunicarnos, sino también para construir lo que pensamos. Además, el lenguaje también es el medio por el que nosotros expresamos esos pensamientos, por lo que es una retroalimentación mutua: del sistema al individuo y del individuo al sistema. 

La terapia conductual – contextual utiliza ejercicios que lleven al consultante a valorar el tener una vida orientada por valores, a pesar del posible malestar que esto pueda generar. Guía al usuario a vivir todas y cada una de las experiencias desde una visión curiosa y libre de prejuicios, así como a disfrutar de la vida que tiene en el aquí y ahora 😉.