04 Abr ¿Qué es el síndrome del impostor?
¿Consideras que tus logros han sido gracias a un golpe de suerte? ¿Te cuesta reconocer tu éxito y te sientes no merecedor del mismo? ¡Toma en cuenta! Podrías ser parte de la población que vive con el síndrome del impostor.
De acuerdo con la académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Laura Barrientos Nicolás, alrededor de 7 de cada 10 mexicanos experimentan o han padecido en su vida el síndrome del impostor.
Las personas que viven con síndrome del impostor pueden creer que sus aciertos son a causa de “estar en el momento y en el tiempo correcto”, por lo que no son capaces de reconocer su esfuerzo, trabajo, capacidad y talento detrás de sus triunfos. Otra característica es que suelen tener una actitud temerosa y de culpa, ante el miedo de ser descubiertos de su “fraude”, desencadenando en ellos estrés, ansiedad y baja autoestima.
¿Cuáles son sus síntomas?
Algunos síntomas que pueden estar asociados al síndrome del impostor son:
- Incapacidad para reconocer habilidades, fortalezas y áreas de oportunidad.
- Minimizar tus logros y triunfos o acuñarlos a golpes de suerte.
- Actitud de autosabotaje.
- Autoexigencia excesiva, asociada al perfeccionismo y a las expectativas altas.
- Constantes sensación de culpa.
- Estrés y ansiedad laboral o en la escuela.
¿Quién puede vivir con síndrome del impostor?
El síndrome del impostor puede ser experimentado por cualquier persona, aunque datos informan que las mujeres son las más propensas a vivirlo.
Famosas como la actriz, Emma Watson, o la ex primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, han declarado tener episodios de síndrome del impostor, ayudando a visibilizar que cualquier persona puede vivirlo, bajo su contexto laboral o escolar.
Si bien, no hay un origen certero. El síndrome del impostor puede tener sus causas en:
- Percepción del éxito y fracaso: generalmente podemos tener una percepción de éxito poco realista o imposible de llegar. Mientras que nuestra percepción del fracaso podemos vivirla con poca resistencia al error, haciéndonos experimentar culpa.
- Expectativas de género: una de las causas por las que el síndrome del impostor sea más común en mujeres, puede deberse a las expectativas que se tienen sobre lo que se espera de cada persona al identificarse como hombre o mujer.
- Experiencias en la infancia: haber recibido comentarios como “tu hermano es mejor, deberías ser más como tu prima” durante tu infancia, puede ser uno de los desencadenantes que suele causar desconfianza en sí mismo.
¿Cómo termino con el síndrome del impostor?
Para poder afrontar el síndrome del impostor, te compartimos algunas recomendaciones:
- Reconocer lo que estás experimentando: si te has identificado con algún punto mencionado, puede que estés viviendo el síndrome del impostor. Para ello reconoce las sensaciones agradables y desagradables que estés experimentando.
- Haz una lista de fortalezas y debilidades: realiza un listado de aspectos que domines y otro de aspectos en los que puedas mejorar, procura ser honesto. En caso de que se te dificulte, puedes pedir apoyo de alguna persona cercana a ti, pero lo ideal es que tú seas capaz de autoreconocer estos aspectos.
- Conversa contigo: dialoga contigo de manera positiva, esto implica reconocer tus triunfos, tus aprendizajes y detectar sin culpa las áreas en las que puedes mejorar.
- Aprende de tu éxito: la suerte no existe, tus triunfos te pertenecen. Reflexiona sobre el proceso que llevado a cabo para alcanzarlos y lo que has aprendido de los mismos.
En caso de que necesites ayuda, te recomendamos ponerte en manos de un profesional de la salud mental. La terapia puede ser de mucho apoyo y te puede ayudar a afrontar problemas de estrés, ansiedad, culpa y baja autoestima que pueden estar asociados al síndrome del impostor.
En Astronauta Emocional contamos con profesionales dispuestos a apoyarte, contáctanos vía Whatsapp +52 56 1170 6539
¡No sé estar quieta!. Leo y tomó cursos de Psicología, Innovación y Design thinking. En mis tiempos libres practico improvisación teatral y tomo de dos a tres tazas de café por día 🙂