23 Mar Mi hijo no quiere ir al psicólogo
La adolescencia es una de las etapas más importantes de la vida, pero también de las más complejas tanto para la persona que la atraviesa como para la familia que acompaña el proceso. 🤯
Los problemas y malentendidos pueden estar a la orden del día cuando se vive una adolescencia. Es muy común que las familias tengan mil dudas sobre lo que es normal o no en sus hijos y que como recurso para afrontar el cambio busquen ayuda exterior de un profesional de la salud mental ¿Pero qué hacer si tu hijo o hija no quiere ir al psicólogo?
En este post trataremos de responder esta pregunta, además abordaremos otros puntos claves alrededor de esta duda.
Índice de contenido
¿Qué es la terapia para adolescentes?
La terapia para adolescentes es un tipo de psicoterapia dirigida principalmente a jóvenes de entre 11 a 17 años, donde, como en cualquier otra psicoterapia, se ofrecen herramientas y técnicas con el objetivo de que la persona pueda expresar sus vivencias, pensamientos y sentimientos y con ello resolver conflictos.
La terapia psicológica para adolescentes también puede ayudar al menor a construir los recursos emocionales para que pueda enfrentarse a los retos presentes y futuros.
La gran diferencia con otros tipos de terapia es que la psicoterapia en adolescentes tiene el plus de ofrecer una guía a los padres del menor, para conocer, entender y dar soporte emocional a sus hijos, así como para validar sus emociones y permitir que los menores se sientan acompañados en su proceso terapeútico.
Antes de seguir, es importante definir a qué nos referimos con el término “adolescencia”.
De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la adolescencia se define como la etapa intermedia entre la niñez y la adultez, que puede ir desde los 10 años hasta los 19. Aunque, ojo, la Unicef también dice que no existe un periodo de edad único que defina esta etapa.
La adolescencia es muy importante en la vida de cualquier persona, pues además de los cambios físicos y hormonales que ocurren en el cuerpo, es el momento en que se desarrollan habilidades clave para la vida, como el establecimiento y mantenimiento de relaciones personales o los valores que van desarrollando su identidad. Así que, esta etapa es fundamental porque influye muchísimo en la vida adulta que tendrá una persona.
Durante la adolescencia también es muy común que se generen ciertas condiciones que pueden derivar en conflictos en la familia. Uno de los más comunes es cuando los hijos no quieren seguir las reglas de la casa.
De hecho, en Google la principal búsqueda de ayuda psicológica para adolescentes está relacionada con términos como: “adolescentes con problemas de conducta”, “qué hacer con un adolescente rebelde”, “estoy desesperado con mi hijo adolescente”, entre otros.
La psicoterapia para adolescentes puede ser de gran ayuda tanto para las familias como para los jóvenes porque se ofrecen herramientas emocionales para muchísimas áreas de la vida. Por eso, los temas que se pueden tratar en sesión son muy amplios. Recuerda que tu hijo no tiene que ser un “adolescente rebelde” o “problemático” para que pueda recibir esta orientación.
Continúa leyendo porque vamos a explorar los temas que pueden tratarse en una sesión para adolescentes.
¿Qué temas se tratan en la terapia para adolescentes?
De acuerdo con la Sociedad Americana de Psicología, las áreas típicas de conflicto entre padres e hijos adolescentes pueden ser:
Discusiones debido a las restricciones horarias.
Por la elección de amigos.
Convivencia intrafamiliar
Desempeño escolar.
Realización de actividades nuevas como aprender a conducir.
Citas y sexualidad.
Conductas autodestructivas como fumar, tomar alcohol y consumir drogas.
Los psicólogos para adolescentes también pueden ser de gran ayuda para tratar otras áreas específicas como:
Crisis de identidad
Autoestima
Ansiedad
Acoso escolar
Timidez
Autolesiones
Separación de padres
Depresión
Cambios de humor y comportamiento
Apatía y desmotivación
Trastornos de la conducta alimentaria
Autoestima y autoimagen
LGBT+
Un dato crucial es que muchas de las conductas que los padres ven como “problemáticas” en sus hijos podrían resolverse si se tratan las áreas clave como las que acabas de leer.
La buena noticia es que actualmente existen muchos centros psicológicos en la Ciudad de México y online especializados en esta etapa. Uno de ellos es Astronauta Emocional 🚀, que cuenta con psicoterapeutas súper cool para adolescentes de 12 años en adelante.
¿Cómo saber si mi hijo necesita un psicólogo?
Otra pregunta clave que muchas familias se hacen es cómo saber si sus hijos necesitan ayuda psicológica, qué es “normal” en la adolescencia, si su comportamiento es pasajero o no.
Bueno, pues en realidad no existe un manual al respecto, pero sí puedes tomar en cuenta algunos indicadores que pueden ser de gran ayuda para saber si tu hijo o hija necesita ir a terapia.
El primero es si tu hija o hijo te pide acudir a terapia, tómalo en cuenta y no hagas a un lado lo que te comenta. Nunca tomes personal esta petición, pues podría no estar determinada por tu comportamiento como padre o madre.
Si tu adolescente te lo pide, pregúntale si puedes conocer las razones de su decisión y si su respuesta es no, respétala. Es muy importante que ante este tipo de situaciones ayudes a tu hijo a encontrar un terapeuta y sobre todo es crucial que valides lo que está sintiendo.
Ahora, si tu hija o hijo no expresa esta necesidad, pero probablemente tú notes cambios en su comportamiento y estado de ánimo, te presentamos tres síntomas que psicólogos recomiendan tomar en cuenta para pensar en ayuda profesional.
La ansiedad es una respuesta de miedo intenso o alta activación ante lo que los adolescentes consideran una amenaza, pudiendo ser real o sólo percibida. En esta etapa los adolescentes pueden sentirla en situaciones estresantes como exámenes o pruebas, así como en momentos complicados como un divorcio, problemas con compañeros o problemas familiares.
En estos casos, la terapia puede ser un recurso para que los jóvenes aprendan a manejar y gestionar sus emociones, así como herramientas para disminuir su ansiedad.
Si bien, algunos síntomas de la ansiedad pueden “estar normalizados” algunas red flags 🚩 que no puedes dejar pasar son: que tu hijo presente preocupación excesiva por una situación o persona en específico; si sus emociones están al límite, como llorar demasiado, estar enojado todo el tiempo; o presenta cambios radicales en su alimentación. Ante estas situaciones, no dudes en pedir ayuda.
La autolesión o cutting se refiere a cualquier comportamiento en el que un adolescente se causa daño a sí mismo. Las razones por las que una persona se puede autolesionar son varias, pero, generalmente ocurren como una forma de bloquear o anestesiar el dolor que sienten por alguna dificultad que estén atravesando.
En el caso de los adolescentes es común que los problemas estén relacionados con: divorcio de los padres, rompimiento de una relación 💔, problemas de autoestima, bullying, preocupación por el futuro académico, entre otros.
La evolución de este comportamiento debe ser vigilado por los padres y madres, pues podría derivar en lesiones más graves, así como estar acompañado de padecimientos como depresión y ansiedad. Ante estas situaciones, no dudes en buscar el apoyo de un profesional.
Si bien los cambios de humor son normales en la adolescencia, es importante mantener en el radar cuando existe una alteración en el estado de ánimo, acompañada de cambios en el comportamiento, pues podría tratarse de depresión.
Los síntomas de la depresión varían de acuerdo a la personalidad y a la etapa de desarrollo, aunque de forma general algunos síntomas pueden ser: tristeza, aumento de la irritabilidad, llorar con facilidad, pérdida de interés por las actividades que antes le gustaban, entre otros.
Un tip crucial es escuchar y validar todas las emociones de tu hija o hijo y fomentar un ambiente de respeto y confianza para que pueda hablar de sus emociones.
Tipos de terapia para adolescentes
Ahora bien, si tú hijo y tú ya tomaron la decisión de pedir ayuda con un experto de la salud mental, déjame decir que es un gran paso 🙌, sin embargo, es normal que luego de la decisión comiencen a surgir un montón de preguntas. Una de ellas puede ser ¿qué tipo de terapia elegir?
Debes de saber que existen distintos tipos de terapia, y no hay un enfoque psicológico que sea mejor o peor que otro. Simplemente hay enfoques que se adaptan mejor a las diferentes necesidades y personalidades de cada individuo.
Hablar de los tipos de terapia es todo un tema, de hecho en Astronauta Emocional 👩🏻🚀 contamos con un blog al respecto, en el que respondemos las principales dudas que pueden surgir sobre el tipo de terapia a tomar.
Puedes consultar el blog de Terapia psicológica, tipos que existen y sus beneficios en el enlace de abajo.
En general, la Terapia Cognitivo Conductual, la Terapia Gestalt y la Terapia de Resolución de Problemas son las más comunes que pueden utilizarse para ayudar a los adolescentes, sin embargo, no son los únicos tipos, la clave es encontrar el match perfecto para tu hijo.
Mitos de la terapia para adolescentes
Ahora bien, tú y tu hijo ya tomaron la decisión de pedir ayuda con un profesional, encontraron el tipo de terapia ideal, pero “de la nada” él o ella se arrepiente, ¿qué puedes hacer si tu hijo ya no quiere ir a terapia? 
Primero, tranquila o tranquilo, esto es normal.
A veces los adolescentes tienen miedo o angustia de ir al psicólogo porque existen muchos mitos relacionados con la idea de tomar terapia. Lamentablemente, muchos de ellos son generados e incentivados por programas de televisión, redes sociales, o incluso por formas de pensar de una sociedad en particular. ¿Quién no recuerda el icónico capítulo de “Hey, Arnold!”, cuando Helga va al psiquiatra
En ese capítulo la idea que tenía Helga era que el especialista quería analizar cada detalle de ella para juzgarla, mientras que sus padres pensaban que no estaba bien acudir con “el loquero”. Desafortunadamente, esa visión aún es muy común entre algunas personas. Otros mitos comunes sobre la terapia para adolescentes son:
Este mito es muy común, pensar que sólo las personas que “tienen algo muy malo van a terapia” o los “adolescentes problema o rebeldes ” acuden a sesión, sólo genera estigmas en los padres y miedo en los hijos a ser juzgados.
Recuerda que la terapia es un espacio de escucha activa que ayuda a una persona a conocerse así misma. El proceso es personal y los terapeutas están preparados para guiar en cada etapa, sin juzgar. Ahora, si no te sientes cómodo con el terapeuta o con el tipo de terapia, si te sientes juzgado o regañado, sal de ahí y busca a otro profesional.
Esta idea es una de las más comunes que exponen los adolescentes frente a los terapeutas y por las cuales también evitan tomar terapia, pues piensan que los psicólogos se van a aliar con padres. Pero esto es completamente falso.
En realidad lo que se trabaja en terapia es entrar al mundo del adolescente, entenderlo y proponer técnicas y herramientas que puedan ayudarlo a sentirse mejor. Si bien es cierto que en ciertas terapias se llama a los padres y madres para hablar con los hijos, las sesiones nunca deberán ser de confrontación o a modo de juicio.
Este mito es el mismo que se menciona en la serie de “Hey Arnold!” y también es falso. Los terapeutas no buscan analizar a las personas hasta las entrañas. La función de los psicólogos es conocer y comprender mediante un espacio seguro de escucha, y después ofrecer herramientas para buscar que la persona se sienta mejor.
En las sesiones, el paciente es el que elige de qué hablar y el terapeuta no puede forzar nada. Ojo también aquí.
Como convencer a mi hijo para que vaya al psicólogo
Es importante siempre tener presente que para que un proceso de terapia psicológica sea efectivo, el paciente debe acudir voluntariamente. De hecho, forzar a una persona a ir al psicólogo podría resultar muy contraproducente y hasta inútil. Tampoco se vale condicionar o chantajear al adolescente para que asista a terapia psicológica. ❌
Lo que sí puedes hacer es poner en práctica ciertas pautas e incentivos para que tu hijo o hija conozca cuáles son las ventajas de la terapia y también la manera en la que puede mejorar su estado de ánimo y emocional si acude con un psicólogo.
A continuación te presentamos algunos consejos útiles:
Como vimos en el bloque anterior, muchos de los miedos y resistencias de los adolescentes para ir a terapia surgen de mitos y de información falsa, por eso la clave es brindarle información correcta. Habla con tu hijo y explícale que las personas acuden al psicólogo por la misma razón por la que acuden con otros doctores: para sentirse mejor. Normaliza el proceso y la decisión y hasta pon ejemplos de personas famosas que han mejorado su salud mental gracias a la terapia.
También, expertos recomiendan usar analogías como la siguiente: “Si estás jugando a baloncesto, vas a tener un entrenador de baloncesto. Incluso los jugadores de baloncesto profesionales necesitan entrenadores para aprender nuevas estrategias, ejercitar nuevas habilidades y pensar en diferentes formas de ganar partidos. Tú puedes hacer terapia para aprender estas habilidades y practicarlas una y otra vez, y cuando las hayas adquirido y entrenado, ya no necesitarás al entrenador”.
Como ya dijimos, forzar a alguien para que acuda a terapia no funciona y no es la ruta correcta. Por ello, si tu hijo siente que ir a la sesión es una imposición, probablemente se negará a ir.
Es importante como padres y madres abrir la comunicación y hacer que los adolescentes sientan y perciban que se les está tomando en cuenta y que su opinión importa. Pregúntale sus razones y juntos busquen una solución.
Si con todas las herramientas y consejos tu hijo dice que no y se niega a acudir a terapia, es importante que los padres no tiren la toalla y abandonen “el problema”.
En ese caso, los expertos recomiendan que tú como papá o mamá te acerques a un proceso terapéutico para que puedas guiar a tu hijo, así como poner en práctica herramientas para mejorar las dinámicas familiares.
Como adulto, tomar la decisión de acudir a terapia no es sencilla, así que para un adolescente puede ser incluso más difícil. 🫤 Por ello, es vital brindarles tu comprensión, apoyo y mucho respeto sobre los procesos emocionales por los que atraviesa.
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Oompa Loompa que gusta de contar historias. Mexicanísima. Siempre aprendiz. Bicicletera.